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lunes, 27 de septiembre de 2010

La otra ‘droga’ universitaria

Anfetamina gana terreno entre estudiantes para mejorar notas;

El abuso del medicamento Adderall, una anfetamina que se receta para el desorden de atención, va en aumento entre jóvenes universitarios y profesionales que la utilizan para lograr mayor concentración, y así mejorar su desempeño académico y laboral, dijeron expertos consultados.
Adderall es un medicamento controlado que prescriben siquiatras y neurólogos para personas -niños y adultos- que padecen de problemas de atención o narcolepsia (trastorno del sueño que causa somnolencia excesiva), principalmente porque activa un neurotransmisor que se llama dopamina que es el encargado en el cerebro de que se logre tener atención. El Adderall -que por ser una anfetamina es un estimulante- se despacha en dosis de 5 a 30 miligramos y se obtiene de forma legal a través de una receta, o de forma ilegal en el mercado negro o a través de amigos y conocidos en la universidad. Lo utilizan mayormente estudiantes con cursos universitarios extremadamente demandantes o difíciles y que tienen una fuerte presión por salir bien en sus estudios.
Otros medicamentos estimulantes que son prescritos para el desorden antes mencionado son Ritalín, Focalin y Metadate, pero los expertos entienden que es el Adderall el que tiene mayor demanda.
Explicaron que esto es así porque, al parecer, los universitarios en Puerto Rico están copiando la tendencia alcista de Estados Unidos.
En su Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud de abril de 2009, la Administración Federal de Abuso de Sustancias y Servicios de Salud Mental revela que los jóvenes con una carga completa de estudios universitarios -de entre 18 a 22 años- estuvieron más dispuestos a usar Adderall (6.4% contra 3%) que los que estudiaban a tiempo parcial. Como consecuencia, según la encuesta, tras usar Adderall, estos estuvieron más dispuestos a usar otras drogas como marihuana y cocaína.
Tanto se ha generalizado esta mala práctica en Puerto Rico que la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca) investiga actualmente querellas relacionadas con el abuso de Adderall, según dijo Víctor Torraño, asesor en el área de tratamiento. De igual forma, la Agencia Federal Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) se encuentra vigilante ante esta situación.
El portavoz de la DEA, Waldo Santiago, indicó que, a diferencia de Percocet y Xanax, las drogas prescritas como el Adderall -que debe ser despachada en 48 horas tras la emisión de la receta- no se consiguen en un punto de drogas, porque tienen un mercado y una demanda más reducida.
“Llega a la persona a través de una receta”, reconoció Julie Hurtado, presidenta del Colegio de Farmacéuticos.
Existen ciertas prácticas ilegales para hacerse del medicamento, aseguró Santiago. Entre ellas, con receta en lo que se conoce como “doctor shopping” (se engaña a un médico para que lo prescriba), por robo o a través de médicos que se presten para esta práctica.
Aquí los universitarios la consiguen gracias a que a un estudiante le recetan el medicamento y lo vende, o porque tienen contacto con una persona ajena a la universidad que lo obtiene con receta. Los profesionales optan más por la práctica de “doctor shopping” para conseguirla.
“Actualmente hay profesionales usándola cuando no la necesitan médicamente, porque quieren ser más efectivos en sus tareas diarias”, dijo Hurtado.
Abuso de drogas prescritas
Según refleja la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud del 2009, el abuso de drogas prescritas ocupa un segundo lugar, sólo precedido por la marihuana, aseguró Silvia Colón, supervisora de la Unidad de Desvío de Fármacos de la DEA.
“Aquí de lo que más se abusa es de la Percocet y la Xanax”, aseguró. “El abuso de medicamentos de prescripción ha aumentado a nivel nacional -incluido Puerto Rico- quizás porque los tenemos en nuestras propias casas y muchas personas los obtienen de familiares o pacientes que lo mercadean”.
La Ley de Sustancias Controladas de Estados Unidos y la de Puerto Rico (Ley 4 del 23 de junio de 1971) clasifican el Adderall como una droga controlada de tipo dos (CII).
Por su parte, el agente Julio Viera, del Programa de Prevención a Drogas mediante educación a la comunidad, de la Policía de Puerto Rico, dijo que en la Isla se penaliza tanto al que compra como al que distribuye ilegalmente drogas prescritas. Recalcó que han sido pocos los arrestos relacionados con dicha práctica y que una denuncia es suficiente para comenzar la investigación.
Los vendedores de pastillas -las que, como la Adderall, se ofrecen en el mercado negro a $6 la tableta- se exponen a cárcel (5 años como mínimo) y multas millonarias que dependerán del tipo de medicamento incautado, la cantidad ocupada y la incidencia del arrestado.
Advertencias sobre el efecto
Tanto el neurólogo y profesor de neurología y neurología pediátrica del Recinto de Ciencias Médicas, Jesús Vélez, como el siquiatra Arnaldo Cruz explicaron que quien utiliza este medicamento de manera fraudulenta o sin supervisión médica se expone a sufrir taquicardia, aumentar su presión sanguínea, padecer de insomnio o delirio y hasta perder la vida, si la dosis es alta y tiene padecimientos que desconoce.
“Todas las anfetaminas tienen unos peligros a corto o a largo plazo. Si no están recetados, o si se utilizan frecuentemente y con una dosis sin supervisión, pueden crear tolerancia y dependencia”, dijo Cruz. “Si la dosis es alta para esa persona, puede producir un estado de confusión o sicosis”, agregó.
Vélez aseguró que al aumentarse la producción de dopamina, “si usted no tiene problemas de atención, puede afectar ese sistema en el cerebro porque está estimulándolo innecesariamente. Se afecta el funcionamiento normal y crea dependencia de esta medicina”.
Agregó que, en efecto, quien lo toma sin necesitarlo, sentirá que está muy funcional, pero realmente cae en un estado hiperalerta por dosis anormales.
Ambos expertos enfatizaron en la importancia de orientar y crear conciencia social sobre los efectos nocivos del abuso de drogas prescritas.
“Usualmente pensamos que si son productos farmacéuticos controlados o medicamentos de prescripción médica y no están en un punto de drogas son seguros, y no hay un potencial de abuso o de que causen daño”, sostuvo Colón.
El Adderall lo usan mayormente estudiantes con cursos universitarios extremadamente demandantes o difíciles y que tienen una fuerte presión por salir bien en sus estudios. (Archivo)

Fuente:
endi.com ( Por Gloria Ruiz Kuilan / gruiz@elnuevodia.com)

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